REALIDAD HABITACIONAL DE MIGRANTES PERUANOS/AS EN CHILE: HACINAMIENTO Y POBREZA

Johana Bustamante

Trabajadora Social

El traspaso de la frontera norte de Chile para  Peruanos/as está marcada por aspiraciones laborales así como también el consecuente desarraigo familiar, social y cultural. La migración surge fuertemente en los años 90 como una oportunidad para hacer frente a los problemas económicos en el Perú y particularmente la falta de empleo. En latinoamericana la realidad política, económica Chilena emerge con condiciones de estabilidad que hacen del país un escenario atractivo.

Al llegar a Chile, generalmente lo hacen a través de amistades, conocidos  e incluso familiares que han emprendido previamente esta travesía. Por tanto aún cuando el trabajo no sea un tema totalmente resuelto, siempre se barajan alternativas. En materia habitacional en ocasiones son acogidos por otros compatriotas, de manera temporal mientras encuentran un trabajo o de lo contrario recurren al arrendamiento, generalmente de piezas.

Santiago, emerge como una de las comunas donde se concentran un número significativo de Peruano/as, su emplazamiento céntrico, en el casco tradicional de la ciudad, con viviendas antiguas y amplias, muchas reacondicionadas para ser arrendadas.

 Impresiona que una vivienda pueda albergar  20 o más familias, las que comparten servicios sanitarios (siempre insuficientes en cantidad y condiciones de salubridad), escasa privacidad, hacinamiento e inseguridad (producto del deterioro).

Inmuebles  céntricamente emplazados que  se alejan de todo estándar digno de un ser humano. Las malas condiciones de habitabilidad incrementan las vulnerabilidad del/la migrante. Los precios se alejan aún más de lo razonable, los costos  elevados,  dimensiones pequeñas, lugares inseguros; tanto por la materialidad (deterioradas) como por las  conexiones eléctricas, en su mayoría apartada de toda normativa solo reguladas por el afán de maximizar la ganancia y la utilidades, un rentable negocio . En términos de formalidad,  sin los respectivos contrato de arrendamiento, por tanto apartados de toda legalidad.

En el punto anterior  emerge la figura de público y lo privado, la precariedad y la pobreza en la primera  esfera y  el tema contractual – legal en la segunda.

Desde lo público, el tema migratorio es parte de la política interna y externa del Estado de Chile. Los gobiernos deben a los Chilenos/as y a las relaciones bilaterales una  política migratoria, la cual integre a esta  entre otras temáticas: vivienda, educación, salud, trabajo, seguridad social. Por tanto el tema migratorio debe y requiere ser visto como una  Política  Pública entendida como una política de Estado y no de gobierno.

En tal sentido se requiere de un marco regulatorio que no se agote únicamente en temas administrativos y en el legalizar la permanencia de los/as migrantes; sino en el sentido amplio de los que es una política pública, según Lahera en cursos de acción. No debemos de olvidar que aún cuando la realidad económica del Perú ha mantenido un crecimiento sostenido, aún así el fenómeno migratorio se ha mantenido constante,  por tanto es del todo necesario avanzar en la materia.